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#PatrimonioMundial: ¿de qué se trata?

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De acuerdo a la Convención de 1972 para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, ciertos lugares de la Tierra con un Valor Universal Excepcional pertenecen al patrimonio común de la humanidad.

Dicha convención ha sido ratificada por 193 países que integran la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y que desde entonces tienen como misión identificar y proteger el patrimonio natural y cultural más importante del planeta.

Los sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO representan la enorme diversidad del mundo en que vivimos y de la gente que lo habita. Suman casi 1.200 en los cinco continentes, y constituyen un rico muestrario de lo mejor que la humanidad ha concebido en campos como la arquitectura, el arte, la religión y la industria, entre otros. Son la imagen tangible de la historia del planeta y de la civilización humana. La lista completa puede consultarse aquí.

Los hay culturales (monumentos, obras arquitectónicas, esculturas, pinturas, conjuntos de construcciones, estructuras arqueológicas, etc.), naturales (monumentos naturales, formaciones físicas, biológicas, geológicas, etc.) y mixtos. Están en pie para ser compartidos, disfrutados y respetados por todos. Su desaparición supondría un daño irreparable para la humanidad.

Los criterios

Además de su Valor Universal Excepcional, los sitios declarados Patrimonio Mundial deben cumplir al menos con uno de los diez criterios de selección sugeridos por la guía operativa para la implementación de la Convención. Esos diez criterios son:

I. Representar una obra maestra del genio creativo humano.

II. Exhibir un importante intercambio de valores humanos, durante un lapso de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, sobre desarrollos en arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño del paisaje.

III. Dar testimonio único, o al menos excepcional, de una tradición cultural o de una civilización viva o desaparecida.

IV. Ser un ejemplo sobresaliente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico o tecnológico o paisaje que ilustra etapas importantes de la historia de la humanidad.

V. Ser un ejemplo sobresaliente de un asentamiento humano tradicional, uso de la tierra o uso del mar que es representativo de una cultura (o culturas), o interacción humana con el medio ambiente, especialmente cuando se ha vuelto vulnerable bajo el impacto de un cambio irreversible.

VI. Estar asociado directa o tangiblemente con acontecimientos o tradiciones vivas, con ideas o con creencias, con obras artísticas y literarias de destacada importancia universal (este criterio debería utilizarse preferentemente junto con otros criterios).

VII. Contener fenómenos naturales superlativos o áreas de excepcional belleza natural e importancia estética.

VIII. Ser ejemplos sobresalientes que representen las principales etapas de la historia de la Tierra, incluido el registro de la vida, procesos geológicos significativos en curso en el desarrollo de accidentes geográficos o características geomórficas o fisiográficas significativas.

IX. Ser ejemplos sobresalientes que representen procesos ecológicos y biológicos significativos en curso en la evolución y desarrollo de ecosistemas terrestres, de agua dulce, costeros y marinos y comunidades de plantas y animales.

X. Contener los hábitats naturales más importantes y significativos para la conservación in situ de la diversidad biológica, incluidos los que contienen especies amenazadas de valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia o la conservación.

El proceso

El proceso que culmina con la inscripción de un sitio en la Lista de Patrimonio Mundial es largo y complejo. Como primer paso, el país interesado debe realizar un inventario de los sitios patrimoniales que le interesa promover. Ese inventario se conoce como “lista indicativa” y funciona como un pronóstico de los sitios que un Estado puede resolver poner a consideración del Comité del Patrimonio Mundial. 

La etapa siguiente es la elaboración de un “expediente de candidatura”, para el cual el Centro del Patrimonio Mundial ofrece asesoramiento y asistencia al Estado-parte. Ese archivo debe ser lo más exhaustivo posible (documentación, mapas, etc.) y una vez recibido por el comité es enviado para su evaluación a los órganos asesores correspondientes: el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) para el caso de los sitios culturales, y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) para el caso de los sitios naturales. Hay un tercer órgano asesor, el Centro Internacional para el Estudio de la Preservación y Restauración de los Bienes Culturales (ICCROM), que asesora al comité en los temas de conservación de sitios culturales y en las actividades de capacitación.

Una vez que un sitio ha sido nominado y evaluado, le corresponde al Comité Intergubernamental del Patrimonio Mundial (que integran una veintena de países) tomar la decisión final sobre su inscripción en la lista. De no mediar circunstancias excepcionales (la reciente pandemia por Covid 19 ha sido un ejemplo) el comité se reúne una vez al año. Puede aprobar una inscripción o bien aplazarla y solicitar más información sobre el sitio al Estado-parte que lo presentó.

Además de resolver nuevas inscripciones en la lista, el comité también revisa el estado de conservación de los sitios ya inscritos y tiene la potestad de derivar los que considere del caso a la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro, que concentra sitios afectados por conflictos armados, catástrofes naturales o destrucción medioambiental. 

Sólo los países que hayan firmado la Convención de 1972 pueden presentar candidaturas para que un sitio sea considerado para su inclusión en la Lista de Patrimonio Mundial.

Patrimonio Mundial en Uruguay

Uruguay cuenta a la fecha con tres sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO: el Barrio Histórico de Colonia del Sacramento (inscrito en 1995 de acuerdo al criterio IV), el Paisaje Industrial de Fray Bentos (inscrito en 2015 según los criterios II y IV), y La Obra de Eladio Dieste: iglesia de Atlántida (inscrito en 2021 con el criterio IV). Más información sobre estos sitios puede ser consultada aquí.

Los sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO ganan reconocimiento internacional, atracción turística, visibilidad en los medios de comunicación, ayuda en caso de riesgo y, eventualmente, asistencia económica para obras de preservación y/o restauración a través del Fondo de Patrimonio Mundial. Al mismo tiempo, los Estados que integran la Organización se comprometen a preservar los sitios que alberguen en su territorio, a promover leyes que los protejan debidamente y a informar a UNESCO de toda actuación interna o externa que pueda dañar su valor.

El Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO lidera los esfuerzos de la comunidad internacional para proteger y preservar estos tesoros de la humanidad.

Desde la asistencia de emergencia para salvaguardar las propiedades en peligro, hasta la conservación a largo plazo, pasando por la planificación de la gestión, la asistencia técnica, la formación profesional, la educación y la concientización, el Centro del Patrimonio Mundial y sus socios desarrollan múltiples iniciativas y están activamente involucrados en la implementación de proyectos, talleres, seminarios y cursos de capacitación.

Los sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO le pertenecen al mundo. Y es tarea del mundo preservarlos para las futuras generaciones.